REPENSAR EL SISTEMA PENAL. HACIA UN MODELO CRIMINOLOGICO INTERDISCIPLINARIO

El sistema de justicia en Argentina ha sido objeto de críticas y debates a lo largo de décadas. En una sociedad donde las injusticias son visibles y constantes, la falta de credibilidad en las instituciones que comprenden el sistema penal se ha vuelto un tema de preocupación primordial. El objetivo es analizar la pertinencia y necesidad de incorporar un Gabinete Técnico Criminológico dentro de las cárceles, un paso que puede cambiar el paradigma actual de la justicia penal hacia uno más rehabilitador y humano.
Mi obra plantea que el ejercicio de justicia actual en la sociedad está afectado por la desconfianza, fenómeno que afecta a los sujetos que se ven envueltos en el sistema judicial, y a la sociedad, provocando un desorden que amenaza la estructura democrática. La mejora de la efectividad del sistema penal requiere un enfoque renovador que refuerce la estructura de justicia existente y contemple un cambio cultural en la forma en que se percibe y ejerce la justicia.
Desafío por el que propongo la creación del Gabinete, con estrategias adecuadas en el contexto carcelario, fomentando una rehabilitación efectiva. Ello exige un cambio de paradigma en la política penitenciaria y una inversión sustancial, dado que el sistema actual conlleva una percepción de ineficacia y corrupción.
Su implementación podría beneficiar a quienes están dentro del sistema penitenciario y tendría un impacto positivo en la calidad de vida comunitaria, fomentando un crecimiento social que reconozca la importancia de la justicia restaurativa y el respeto a los derechos humanos.
Mi mensaje:
Establecer un nuevo paradigma, una mirada integral de la criminología y el derecho penal y procesal penal, desde donde nos sintamos partes de un todo, donde la cárcel es una sociedad dentro de otra y evidencia en un grupo los problemas que aquejan en el grupo más grande. Se puede apostar, se puede prevenir, podemos comprometernos desde nuestros roles sociales y obtener buenos resultados de a poco. Evolución social e individual.
¿Quién dijo que adentro de las cárceles están los más malos y afuera de ella, los buenos?
La gran tragedia de la vida no es la muerte, la gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos.
Norman Cousins
Será que aún a esta altura de la civilización el hombre sigue siendo el lobo del hombre. Se necesita un nuevo paradigma para comprender e interpretar la realidad criminal y alcanzar la rehabilitación y la reinserción social de quien quebrantó las normas en un determinado contexto histórico, socioeconómico, político y cultural. El sistema penal requiere abrirse a la colaboración de otras disciplinas que lo enriquezcan, que lo impulsen a construir y no a destruir los valores de la justicia, una gestión de calidad que atesore el uso de los recursos en productividad, en tranquilidad, la búsqueda de la armonía social que, en definitiva, alberga, en pro de las generaciones presentes y las venideras. No se trata de una competencia de poder, se trata de empezar a abrir las puertas a la credibilidad de las instituciones, a la confianza, a que las cosas comiencen a funcionar.
¿Acaso nos sirve llenar las cárceles?, ¿acaso la vida libre nos asegura un comportamiento moral inminente? ¿Qué hay de proporcionalidad en las escalas penales respecto del delito concreto? ¿Cuánta objetividad puede tener un juez en su sentencia, sabiendo que como sujeto conlleva su subjetividad propia, basada en su experiencia y estilo de vida?
Qué felicidad trasciende a la sociedad cuando se logran las condenas, pero hasta cuándo dura esa felicidad, si ese sujeto en algún momento va a salir de la prisión y si las cosas siguen así, va a salir —casi en el cien por ciento de los casos— peor de lo que entró, provocando aún más daño